Inteligencia Artificial vs. Arte Digital ¿Sueñan las IA con relojes derritiéndose?

Inteligencia Artificial vs. Arte Digital ¿Sueñan las IA con relojes derritiéndose?

En el 2004 se estrenó la película “Yo, robot” (I, Robot), inspirada en las novelas de Issac Asimov, cuya trama giraría en torno a un detective de homicidios que se enfrenta a una serie de crímenes cometidos por robots con inteligencia artificial. Una de las escenas memorables se daría cuando el detective Spooner interroga a Sonny (la máquina) y alega que simplemente imita las emociones humanas, e increpa a este si un robot puede componer una sinfonía, convertir un lienzo en una obra maestra, a lo que Sonny responde ¿tú puedes?

Hoy en día el incremento de las inteligencias artificiales, en distintos sectores de trabajo, ha levantado algunas alertas entre la comunidad digital, generando serias dudas sobre cómo se verán afectados distintos empleos con todos estos avances; dada esa premisa, analizaremos el sector de la ilustración digital y el diseño gráfico, que plantea interesantes preguntas acerca del avance tecnológico.

¿Qué es una inteligencia artificial?

Para una primera definición, vamos a ceñirnos a la dada por los profesores y especialistas en marketing e innovación, Andreas Kaplan y Michael Haenlein quienes explican: La inteligencia Artificial es la capacidad de un sistema para interpretar correctamente datos externos, para aprender de dichos datos y emplear esos conocimientos para lograr tareas y metas concretas a través de la adaptación flexible. 

Agregaremos, además, que estos sistemas se programan con algunos aspectos de la inteligencia humana, como el aprendizaje, la resolución de problemas y la priorización.

¿Cómo funciona su aprendizaje?

Para el entrenamiento de una inteligencia artificial se usa Deep learning, que es un subconjunto del machine learning, este sistema utiliza redes neuronales y grandes cantidades de DATA para aprender y realizar predicciones. 

En el caso concreto de las IA que crean imágenes, estas abstraen la información para realizar su predicción; por ejemplo, si le pidiéramos crear un gato, buscarían distintas imágenes de gatos, las analizarían para entender lo que es un gato y con base en esa información darían un concepto de gato, ¿qué es lo que se busca con este proceso? Ver si a partir de la observación de las imágenes la IA puede aprender.

¿Crean las inteligencias artificiales ARTE?

Partiendo de la definición actual de arte, las IA por si solas no lo harían, lo que estas crean son simplemente imágenes. El concepto de arte está reservado para la creación de obra humana, tienen que existir una conciencia e intención de “querer crear arte” para que una obra tenga la capacidad de poder serlo, actualmente estas tecnologías son solo intermediarios del proceso de la obra.

Antecedentes históricos: fotografía vs. pintura

Con la llegada de la cámara fotográfica en el siglo XIX, muchos críticos afirmaban que sería el fin de la pintura, que los artistas quedarían sin trabajo y que la sociedad estaba presenciando el inicio del fin del arte, fin que hasta la fecha no ha llegado. 

Nuevos paradigmas surgieron a partir de la introducción de la tecnología fotográfica al mundo del arte, los retratos se hicieron más accesible para un mayor público y en menor tiempo, y los artistas comenzaron a buscar trascender su realidad, ir más allá de la representación del mundo real con tan solo la técnica (lo cual ya lograban las nuevas máquinas) y empezaron a probar estilos que representaran el sentir y la visión del mundo a través de la subjetividad del artista, está disrupción tecnológica junto a la coyuntura política de la época (1.ª y 2.ª guerra mundial) propiciaron el nacimiento de las vanguardias. Cabe resaltar que la figuración y “el arte tradicional” hasta el día de hoy no han desaparecido, el arte amplió sus horizontes e introdujo nuevas posibilidades. 

Prompt: cute robot drawing on an ipad, in cyberpunk style

Problemáticas: ¿representan un riesgo para los artistas digitales?

Es muy probable que este desarrollo acelerado no afecte de manera directa a los ya posicionados, en realidad el público que compra obra digital a artistas de renombre es muy reducido, y quienes consumen su obra no lo hacen solo por tener una imagen, lo que buscan es tener la imagen creada por estos artistas que admiran. 

Quienes se verían afectados en mayor medida son los nuevos artistas y diseñadores, aquellos que a través de la experiencia (de tener malos y buenos clientes) van formando su estilo y agudizando su intuición y capacidad, lo que finalmente potenciará su desarrollo.

Herramientas como Dall-e 2 o Midjourney permiten introducir un texto corto y obtener una imagen, la calidad del resultado dependerá de la claridad del prompt (instrucción). Si el usuario se conforma solo con la primera opción que te arroja la IA no habrá ningún problema, lo difícil vendrá cuando quieras realizar algún cambio específico sobre ese resultado; en este sentido los diseñadores tienen una ventaja, ya que conocen mejor los elementos que componen una imagen (estilo, gama de colores, composición, etc.) para una inteligencia artificial probablemente le resulte difícil comprender instrucciones como <<métele más diseño>> o <<usa colores bonitos>> comentarios que los diseñadores están acostumbrados a recibir (mientras una lágrima imaginaria cae por sus mejillas) y pueden resolver a través de una serie de subjetividades.

Los derechos de autor

El tema en términos legales todavía es bastante nuevo, no hay leyes específicas para otorgar autoría a lo creado por inteligencias artificiales en la mayoría de países, pero existen algunos antecedentes legales.

En 2011 un macaco llamado «Naruto» tomó la cámara de David Slater y al manipularla se hizo una serie de fotos que luego David comercializaría. Dado el éxito de estas imágenes, la organización por los derechos de los animales, PETA, llevaría el caso ante la justicia pidiendo declarar a Naruto como autor y propietario de sus fotografías, para que de esta manera reciba todos los beneficios relacionados con esas imágenes. Luego de siete años de batalla legal, la corte determinaría que <<Las obras protegidas por derechos de autor requieren autoría humana>>

Por otro lado, está el caso de la artista Kris Kashtanova, quien el 15 de septiembre de 2022, obtuvo los derechos de autor para su novela gráfica Zarya of the Dawn, la artista creó la historia, tomó las decisiones artísticas y de diseño para posteriormente seleccionar las imágenes que el programa Midjourney habría generado bajo sus instrucciones.

Actualmente, la Oficina de Derechos de Autor de EE. UU. sigue evaluando hasta qué punto se puede registrar la obra producida por las IA, tomando como estándar cierto nivel de intervención humana; lo cual sigue siendo un criterio bastante subjetivo, quizás deberíamos preguntarle a una inteligencia artificial.

Conclusiones 

Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología, y en la que nadie sabe nada de estos temas. Ello constituye una fórmula segura para el desastre.

Carl Sagan

Si se han preguntado acerca de si las inteligencias artificiales van a cambiar el trabajo tal y como lo conocemos, la respuesta breve es sí. Aunque estas tecnologías nos parecen magia, por tanto, son magia, es importante plantearse cuestiones más allá del primer discurso, ¿son mejores o peores las obras hechas con inteligencia artificial? ¿Debemos estar satisfechos con la calidad de un producto solo porque es más fácil de obtener? ¿Serán todas estas nuevas herramientas al alcance de todos?

Decir que las inteligencias artificiales quitan empleos para generar otros es tener una visión reduccionista de la situación, cada cambio tecnológico viene de la mano con una ecuación humana de poder, las políticas que buscan mitigar el impacto entre ganadores y perdedores por lo general son correctivas y no preventivas, con lo cual no existe un verdadero equilibrio en el proceso. 

De lo que podemos estar seguros de momento es que esto es solo el inicio, estamos en el periodo presocrático de las inteligencias artificiales, aunque ya avanzan a paso de gigantes, nuevas dudas surgirán en este corto y pronto camino; dado esta realidad no nos hará ningún daño reflexionar con pensamiento crítico acerca de los retos que irá a afrontar nuestra sociedad de ahora en adelante. 

No todo es malo: las buenas prácticas del deepfake

No todo es malo: las buenas prácticas del deepfake

Los videos deepfakes más creados y usados son los que tienen como protagonista a un actor o a un político diciendo algo que no dijo (generando falsas noticias), haciendo algo que no hizo (creando malentendidos) o participando en actos sexuales (videos pornográficos). Sin embargo, no todos los usos de esta tecnología basada en Inteligencia Artificial (IA) son negativos, algunos pueden tener una aplicación legítima para el entretenimiento, educación e incluso la salud.

Origen cinematográfico

Esta técnica fraudulenta tiene su origen en el mundo de la investigación con aplicaciones prácticas en el mundo del cine. Un ejemplo reciente lo tenemos en la última película de la saga Star Wars,  Rogue One: una historia de Star Wars (2016) donde Carrie Fisher, la conocida princesa Leia, ya había fallecido durante su rodaje, por lo que hubo que hacer uso de esta técnica para hacerla aparecer en la pantalla grande en las escenas que tenía pendientes grabar. 

Otro ejemplo claro lo tenemos en el 2010 con la cinta Tron Legacy, secuela de la película Tron, de 1982, que destacó en su tiempo por sus efectos especiales y animaciones computarizadas que recrearon la historia de Kevin Flynn (Jeff Bridges) quien es absorbido al ciber mundo digital intrínseco en una máquina de videojuegos, quedando atrapado en él. 

La dificultad -debido al guión- surgió en Tron Legacy porque no solo tenía que aparecer el personaje de Jeff Bridges viejo, sino también el joven, representando un avatar computarizado llamado Clu, copia y calco de Kevin Flynn, que no ha envejecido. El problema se resolvió con un actor que tuvo que interpretar el cuerpo de Clu durante la película y al cual se le superpuso una recreación digital de un joven Jeff Bridges, creado desde imágenes del rostro del actor en su juventud. 

El uso de tácticas de inteligencia artificial (IA) por medio del deepfake dio como resultado un transplante de cabeza por métodos digitales, que prácticamente adjudica a cada actor la facultad de interpretar casi cualquier papel a cualquier edad. Bridges días antes del estreno de la cinta declaró sentirse asombrado por haber encontrado un santo grial de la eterna juventud. “Es rarísimo. Es una noticia maravillosa para mí, porque ahora significa que puedo interpretarme a mí mismo a cualquier edad”, sostuvo.

Deepfakes para diagnósticos médicos

Estudios recientes de investigadores del Instituto de Informática Médica de la Universidad de Lübeck (Alemania) han propuesto un nuevo uso de estas prácticas tecnológicas. Según la investigación, los algoritmos de un deepfake podrían sintetizar imágenes altamente realistas que podrían tener beneficios importantes para el diagnóstico médico.

“Estos algoritmos son excelentes para la coincidencia de patrones en imágenes; porque pueden entrenarse para detectar diferentes tipos de cáncer en una tomografía computarizada, diferenciar enfermedades en las resonancias magnéticas e identificar anomalías en una radiografía”, sostiene el informe de dicha investigación.

Impartir clases mediante deepfakes

El auge de las plataformas de MOOCs (acrónimo en inglés de Massive Online Open Courses o cursos online masivos y abiertos, es decir cursos a distancia, accesibles por internet al que se puede apuntar cualquier persona y prácticamente no tiene límite de participantes) han provocado un aumento de la producción de vídeos destinados a fines educativos, pero que estos tengan un aspecto profesional requiere de una gran inversión en materiales y tiempo de grabación y edición, así como de una adecuada selección de localizaciones.

Dos investigadores de la plataforma de e-learning Udacity, Byung-Hak Kim y Varun Ganapathi, analizaron que podría resultar rentable buscar un modo de abaratar y al mismo tiempo agilizar la creación de esta clase de videos. Y lo lograron recurriendo a la inteligencia artificial para generar automáticamente nuevos vídeos a partir de una muestra de imágenes y un archivo de audio con la lección en cuestión.

Es decir se valieron de las técnicas de los deepfakes. «Con el método actual de elaboración de clases, un sistema de IA que automatice parcial o totalmente la generación de vídeos de lecciones podría ser extremadamente más beneficioso que volver a grabar cada vídeo de nuevo», sostuvieron los especialistas.

Deepkafes y la ética

Según David Bray, director ejecutivo de la Human Centered Internet Coalition, “deberíamos pensar en códigos de ética para diferentes temáticas tecnológicas. La idea es que las personas que trabajan en este sector, como ocurre en la medicina o el derecho, tengan un código de ética independiente al que mantienen las organizaciones o empresas para que sin importar dónde se empleen, apliquen cosas como pedir permiso antes de usar los datos de algún usuario o no usar la información para herir a las personas”.

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