Verano seguro: consejos para no ser víctimas de robos en la playa

Verano seguro: consejos para no ser víctimas de robos en la playa

Llegamos a la época del año donde se elevan más las temperaturas. Por eso, cada fin de semana, muchos acuden a las playas para refrescarse junto a la familia o amigos; sin embargo, existe un factor que pone alerta a todos, una ola que, fuera del mar, nos asfixia y no tiene cuando acabar: la delincuencia.

Si quieres ir a la playa este verano, pero te preocupa ser víctima de robos ya sea en el camino o en plena diversión a la orilla del mar, presta atención a estas recomendaciones de los expertos en seguridad de G4S:

Nunca dejes subir a desconocidos a tu auto

Si eligió una playa fuera de la ciudad, una vez que haya iniciado la ruta, olvídese de los ‘aventones’ y jamás permita que un desconocido suba a su auto. No importa que tenga una apariencia tranquila ni que sea un adulto mayor o un menor de edad; la vestimenta tampoco debe confundirnos. Los delincuentes tienen mucha imaginación cuando se trata de engañar a sus víctimas.

No dejes a la vista dinero ni aparatos electrónicos

Aunque la playa elegida podría parecer tranquila y los demás bañistas podrían lucir relajados, ten en cuenta que los delincuentes siempre están al acecho. Por eso, evita dejar a simple vista su smartphone; mejor cúbrelo debajo de la toalla. Haz lo mismo con tu billetera o cualquier accesorio en el que guardes dinero.

No dejes tus pertenencias solas

Si no quieres privarte de un chapuzón en el mar, procura que alguien vigile tus cosas mientras lo haces. En caso de ir en grupo, lo ideal es turnarse.

Atento a los vendedores ambulantes

Ten en cuenta que algunos delincuentes se hacen pasar por vendedores para elegir y vigilar a sus víctimas. En ocasiones, mientras ellos ofrecen sus productos, sus cómplices aprovechan la ocasión para arrebatar las pertenencias de los bañistas.

‘La toalla’, una modalidad de robo muy común

Una modalidad preferida por los delincuentes es la de ‘la toalla’. Previamente, ‘reglan’ (observan) a sus víctimas, se acercan a ella y de forma sutil colocan una toalla sobre una bolsa de basura para hacerla pasar por las pertenencias del bañista. Luego, al menor descuido de este, reemplazan todo por los objetos reales y desaparecen con el ‘botín’.